No hay nada como empezar siendo sincero

Las expectativas de que este blog sea leído de forma masiva son escasas: en primer lugar porque no es mi intención y en segundo, porque no va a resultar fácil seguirme.


He leído que se aconseja elegir bien la temática del blog, pero como no soy yo muy partidario de recibir y menos de dar consejos, no he hecho el menor caso. Por lo tanto, si a estas alturas continúan aquí pudiendo elegir, entre otras maravillas que ofrece Internet, descubrir su nombre en élfico, les advierto y/o aviso que voy a escribir sin orden ni concierto, entre otros motivos, para no desentonar con el modo de actuar de la humanidad desde sus orígenes.


También leí (lo sé, leo demasiado) que se recomienda darse a conocer, textualmente se aconseja que "los lectores del blog quieren saber con quien están tratando.", por esto no deben preocuparse, lo tendrán claro desde el principio. Sólo tienen que leer entre líneas o pinchar en "Mi perfil" y me conocerán en profundidad, podrán ustedes acceder a mi cuenta corriente y transferirse sin pudor (o con él) parte o la totalidad de mi escasa fortuna, conocer las diferentes dependencias policiales en las que he sido acogido con los brazos abiertos, y en definitiva hacerse una idea clara de la clase de persona que soy, aunque he de reconocer que yo mismo me desconozco casi en mi totalidad y les agradecería que si alguno de ustedes (no creo conveniente el tuteo en nuestra primera cita) consigue formarse una idea aproximada de la clase de personalidad que me domina, me informase de inmediato.


Otro aspecto importante que deben conocer, para no caminar del todo a ciegas por el laberinto de mis metáforas, (si Belén Esteban está leyendo este blog, cosa poco probable, y necesita leer de nuevo la frase, la esperamos un momentito y seguimos....tiempo suficiente) es que poseo, para mi fortuna o mi desgracia que nunca se sabe, un peculiar punto de vista sobre la cotidianidad humana y lo absurdo de su actuar, del que tendrán claras muestras a lo largo de mis escritos. Espero y deseo que continúen aquí para entonces, porque también he de reconocer que me gustaría que participaran con sus opiniones, comentarios y críticas. Las alabanzas hacia mis escritos y hacia mi persona serán recompensadas con 1.000 Kips si son sinceras y con 2.000 si no lo son.

En definitiva, que mi intención es escribir sobre mi realidad (real o imaginada), escribir con el convencimiento de que a pesar de las preocupaciones que nos quitan el sueño, nunca estaremos más cerca del paraíso de lo que estamos en este mundo. Me tomaré la licencia de recomendarles lecturas, películas, bebidas alcohólicas, productos diuréticos, y muestras de sensibilidad y talento como el que se desborda a chorros en la página de la ilustradora Eugenia Alcázar http://www.eugeniaalcazar.com/. Les aseguro que no me influye el hecho de mantener una estrecha relación con las pecas de su espalda.

martes, 4 de mayo de 2010 en 19:41

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