Mi perfil

Hombre (que aprendió a ladrar), con experiencia en casi todos los campos socialmente prescindibles. Con mucho interés en el campo de las artes pero sin ningún talento. Sin ningún talento ni interés en el campo del análisis de datos y modelización, de la dinámica de los flujos biogeoquímicos y sus aplicaciones en la estadística.
Aprieto mucho pero abarco poco. Lector exigente y tolerante.
Enemigo de la mala educación o de la carencia absoluta de ella, de los idiotas, de los zopencos, de los estúpidos, de los petulantes y de los simples.
Y sobre todo de los ignorantes que han adquirido confianza, estos son los peores.
Como en el grupo anterior se podrían inscribir sin problemas buena parte de la población del primer mundo, sobre todo si han aparecido en algún momento de su absurda existencia en un reality televisivo, me queda poco donde elegir.
Eso si, los elegidos evidencian adjetivos en desuso: son instruidos, corteses, irónicos, correctos, refinados, amables, delicados y atentos. Y ustedes se encuentran, sin lugar a dudas, entre ellos (piropo promocional).
Por lo tanto, ahora que les considero uno de los míos y que me conocen casi por completo, les animo a visitarme, a pasearse por mi blog sin prisa, a saborear las pastitas de té que dejaré caer entre diptongo y diptongo y si les apetece, a tomarse un caldito caliente en verano y un granizado en invierno, que los que navegan a contra corriente son mis predilectos.

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